lunes, 6 de octubre de 2014

Descubrimiento

Ni cuenta me di cuando estaba hablando con él.
  • Me han echado de mi casa- me decía con la lengua trabada- y todo por una mina.
  • Depende de la mina- respondí- de seguro esta ha de ser divina para tenerte bebiendo en la calle.
  • Era una monja.
  • ¿Y quién te manda a meterte con una monja? El problema de mierda en el que te metiste, quizá la expulsión de tu casa sea una bendición del Señor. Y tanta mina libre por ahí.
  • Si la conocieras me entenderías. Era la monja más exquisita del mundo.
  • Una monja es una monja.
  • Dios fue quien me echó. Es un acaparador de mujeres.
  • Estás ebrio.
  • Espera un poco.

 El tipo a duras penas consiguió levantarse del suelo, cuando lo hizo su espalda quedó libre y pude ver unas alas extensas, sucias y algo desplumadas. ¡El borracho era un ángel!