"Las personas son todas iguales, te digo, no existe ninguna diferencia entre un pobre y un rico".
- Un piojo a una pulga
viernes, 26 de septiembre de 2014
lunes, 22 de septiembre de 2014
RECIBIMIENTO
Sin poder hacer nada
más subí al cielo, ahí Dios, sí, el mismo que me había ayudado a
ganar la carrera, me dijo que el paso me estaba negado por haber
matado a un hombre. Bajé entonces al infierno. Ahora estoy acá,
acompañado de LUCIFER y de Rodríguez, aquí nos dimos maña para
armar carreras de galgos y forrarnos en almas (no existe el dinero en
este terrible lugar). Los más felices son Allan Poe, Bukowski,
Dostoievsky y Baudelaire, nos dicen que gracias a nosotros el averno
es un lugar lleno de vida. Dostoievsky ni en el inframundo perdió el
gusto por las apuestas. Baudelaire está casi todo el día fumando
opio y cultivando flores. Bukowski y Allan Poe beben que da gusto. La
poesía es el pan de cada día, es casi tan importante para los
demonios como atormentar a la humanidad. El Diablo es el menos
contento, en cualquier momento nos cierra el negocio, pues dice que
el infierno se parece cada vez más al cielo con tanta sonrisa
cínica, tanto borracho, tanta moneda que suena y tanto trato turbio.
martes, 16 de septiembre de 2014
PELÍCULA
Se
pusieron manos a la obra. Consiguieron dos cámaras profesionales con
Miguel, amigo de Roberto y que estudiaba cine, quien se entusiasmó
con el proyecto y acabó siendo el director. Los focos los fabricaron
con materiales caseros gracias a un manual encontrado por Gabriel en
internet. Para el caso de los actores hicieron una audición en el
barrio para cubrir los dos cupos estelares, un hombre y una mujer.
Para la vacante masculina llegó, como si de una pésima broma se
tratase, un enano de ochenta centímetros de altura llamado Nicomedes
y que aseguraba ser actor profesional de películas porno. La cara de
Roberto al verlo expresó con total nitidez su decepción. El enano,
habituado a la incredulidad de los productores no dijo nada a su
favor y simplemente se bajó el pantalón y le mostró todo su
miembro duro y enhiesto. Roberto nunca había visto uno tan grande, y
sin poder articular otra cosa le dijo que estaba contratado. Como
actriz reclutaron a Yoselin, una amiga de Gabriel, mina despampanante
que trabajaba en un café con piernas y que Roberto al ponderarla le
sacó la ropa con los ojos, sabía que tarde o temprano se la
tiraría. Y para abaratar aún más los costos (hasta ese momento no
habían gastado un solo peso) decidieron que ellos mismos
participarían de las películas (ni un pelo de tontos), Roberto se
la midió aplicadamente en el baño y llegó a la conclusión que la
tenía más grande que el chileno promedio, Gabriel por su parte la
tenía corta pero gruesa, un calabrote, y jamás había recibido
quejas al usarla. Al final fue Yoselin quien dio su aprobación para
que participaran luego de darle una probada al cíclope llorón de
cada uno.
sábado, 6 de septiembre de 2014
CONTRATO
Guardamos
el caballo y volvimos a mi oficina. En ninguna parte del reglamento
decía que un fantasma no podía ser jinete, así que cerré la
puerta con llave, saqué otra botella, prendí un habano y me puse a
buscar los formatos tipo que guardaba en alguna parte. No los
encontraba por ningún lado. Creo que el chico me observaba entre
risas. Despejé de un golpe el escritorio, fastidiado.
-Espera,
chico. Me cuesta nada redactar uno.
-Yo
tengo un contrato- me respondió- si vamos a trabajar juntos, es
bueno que exponga desde un principio mis condiciones.
Muy
fantasma era, pero inteligente.
-De
acuerdo- dije con calma, a él era capaz de perdonarle todo- ¿Cuanto
quieres de sueldo? A modo de sugerencia, te digo, no se en que
mierda podría gastarse el dinero un fantasma.
-Le
doy la razón.
-A
todo esto, ¿Cómo te llamas, chico? Me gustaría llamarte por tu
nombre.
-Luciano
Cisternas Fernández, pero de cariño me dicen LUCIFER.
-Menudo
apodo te gastas. ¿Quién te llama así? ¿Dios? O sea, recé tanto
para que me sacara de mis problemas que estoy convencido de que te
envió a salvarme.
-Dios
no toma estas causas, le llegan, las lee, y si son peticiones de
huevones codiciosos como usted se las manda al Diablo. Entiende con
quién se mete, ¿Verdad?
martes, 2 de septiembre de 2014
RESOPLO
Flavia
tenía una borrasca en el pecho, se contoneaba como los peces sacados
del agua y transpiraba sal y gozo por todos los poros, y sus ojos se
volvían de galaxias y quásares y el cabello se le desbarataba como
cenizas de volcán al viento. Entonces quien estaba en la cama
haciendo el amor fervientemente conmigo era la desconocida y no
Flavia, y de pronto no era ella si no Flavia, y cuando era Flavia
quien jadeaba yo miraba que la otra se sentaba en el cojín o bien se
paraba en la puerta y desde ahí nos miraba y se reía. Mi miembro se
quemaba aún más, una vulva ardiente lo devoraba con rabia, con
voluntad destructiva. Era una lucha vertiginosa de brazos, caderas,
de sábanas, de piernas, de olfato y de lengua. Flavia jadeaba más,
gritaba más y más, y yo me descorporizaba de su cama y me iba con
la otra, y el géiser entre mis piernas no arrojaba chorros de agua
hirviendo por ella si no por la otra. La última embestida, un grito
femenino de muerte gozosa y electricidad momentánea en el espíritu.
Hermes y Morfeo llegaron a nuestros cuerpos agotados.
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