jueves, 3 de diciembre de 2015

Llamada

La resaca que tenía no tenía parangón anterior. Trataba de recordar la fiesta del día de ayer pero maniobra inútil; sentía como si su cerebro se lo hubiesen formateado. Misterio sin resolver eran sus manos manchadas de sangre ¿De sangre? No quiso seguir indagando en su memoria vacía. Y peor fue cuando se levantó del sillón: sentía que su alrededor giraba con vértigo. Tuvo ganas de vomitar, fue al water y vomitó sin reparos, hediondo y abundante. Un ¡Ahhhhhhhhh!, y para curar la caña fue a la cocina por una botella de cerveza, eso hacía en esos casos. Iba para allá cuando el ring ring del teléfono lo sorprendió. Se devolvió a contestar y descolgó el tubo.
- Sí, diga.
- Compadre, ya escondí el cuerpo ¿Qué hago con él?

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